Hostería Millahue

Fui por el día a la hostería y la recomiendo, pagamos y venía incluido el almuerzo ( no le tenia fe) pero me gustó mucho, súper bueno , luego estuvimos en la piscina temperada y luego la exterior, lo malo para mi, era que la piscina era de 1,80 y solo un pequeño rectángulo de 1,60 entonces se llenaba esa parte, pero lo pasamos muy bien, nos relajamos .

Pagamos el full day de 32.000 p/p. y 25.000 p/niño Volveríamos sin duda alguna, leyendo las malas reseñas teniamos nuestras dudas, pero supongo que al no toparnos con el supuesto dueño, no tuvimos problemas. El almuerzo: 1000/10, habían hartas opciones y todo estaba excelente. El garzón venezolano fue un 7 en su atención, traten de elegirlo a el para un excelente servicio. Nos indicó que la Chef fue participante de MasterCheff, la conocimos, y hasta fotos nos sacamos, muy amable la señora. La piscina principal es HELADA, realmente fria, fuimos con niñas de 2 años y no les gustó, solo para tenerlo en cuenta. La piscina temperada, muy rica. LO MALO: la chica que atiende y entrega los gorros, nos indicó que no podíamos volver a usarla en la tarde, ya que era zona de "relajación" y los niños hacían mucho ruido y la gente se quejaba, siendo que es un lugar 100% familiar. Volveria por el día.

Lo bueno: El lugar es hermoso, con buena ubicacion y una atención por parte del personal y garzones que no puede ser mejor. (no asi el dueño) Es ideal para ir a pasar un finde en pareja o con niños, ya que hay de todo para no aburrirse (piscina al aire libre, piscina temperada, mesas de pingpong, pool, minigolf, canchas, gimnasio y muchas areas verdes naturales). fuimos en plan de pareja y nos gustó tanto el lugar que queríamos volver con nuestros hijos en otra ocasión, pero al momento del checkout algo paso que relato mas abajo y en realidad no se si volveríamos. Lo malo: en mi experiencia lo malo me toco en las comidas, donde en un almuerzo me llegó un costillar frío (que me cambiaron por uno nuevo) y en la cena me tocó una trilogía de pure fría (que ya no valía la pena reclamar). Lo mas malo: la razón por la que no volvería es por el dueño. Antes de ir leí muchos comentarios y no me tocó conocerlo hasta el momento del checkout, donde en resumen casi como que te obliga a pagar una propina que se supone es voluntaria, de manera muy despota y agresiva, incluso diciendote que debes pagarle directo al garzon si no pagas la propina junto a la estadía. Una propina que ni si quiera esta calculada sobre las comidas o bebestibles, sino que sobre el monto de toda la estadía en el lugar, es decir, una propina no menor considerando que el lugar ya es caro. Es una lastima por los garzones que atienden demasiado bien y dan ganas de premiarlos, pero tambien es injusto pagar una propina tan elevada por un garzon que no te va a dejar el desayuno a la cabaña o que no te hace aseo en la habitación, ya que que solo te lleva la comida en el comedor, y por muy simpatico que sea, creo que es un aprovechamiento por parte de la administración. En ese momento el dueño, con su actitud y comentarios te deja mal y con ganas de no volver nunca mas, echando a perder una estadía que había sido genial.

Le pongo un 1 solo porque no se puede poner 0, el dueño es conflictivo, agresivo y ordinario, la cabaña presentaba problemas con el agua caliente en reiteradas ocasiones ya que salía helada, este respondió burlándose porqué nos queríamos bañar, nos trató a gritos y al pedirle solución al llamar a recepción , luego al ir a hablar para solucionar las cosas lamentablemente pierde los estribos, tuvimos que pedir se controlará ya que respondió gritando por el salón el principal y hablando con tono burlesco, finalmente fue tan desagradable que pagamos y nos fuimos antes de lo que teníamos planificados, lamentablemente el personal es muy bueno pero el dueño está loco, tiene problemas de personalidad , deberían contratar a un administrador porque con el dueño atendiendo lo único q lograrán es perder clientes, deje un comentario en sus redes sociales y no me respondieron , solo me bloquearon. No lo recomiendo nunca más iré.