Nos sorprendió este lugar. Lo habíamos visitado antes, pero sólo para ir a almorzar al restaurante La Taberna estando alojados cerca, en la cascada de las ánimas, desde ahí que lo queríamos conocer. El complejo no es grande, pero es muy acogedor, tiene tanta naturaleza que es un gusto estar ahí. Además y algo que se agradece, que los anfitriones tienen un sistema de organización super eficiente, todo a la hora y siempre preocupados así que no se pasa rabia de ningún tipo. Y, a pesar que estaba full ocupado por ser semana sta, los espacios siempre estaban en tranquilidad con pocas personas ( quizá es diferente en verano, pero en semana sta es ok). El restaurante La Taberna ya era bueno y ahora cambio de concesión, comento que está mucho mejor, comimos muy rico todas las comidas, fue genial, no tuvimos que salir del lugar ningún día. Otro +, aceptan mascotas y si bien es caro alojarlos en comparación a otros lugares, agradezco los consideren ( fui con 2, pero son muy bien portados y limpiecitos). En definitiva, nada negativo, es para volver.
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