Hotel Mirador de La Franca

Endroit très agréable Service impeccable Restauration de très bonne qualité

Nos alojamos este mes de junio en una de sus habitaciones y la verdad que para el precio que tienen me decepcionó. Había una humedadcondensacion en la habitación brutal, hasta el punto de que la ropa que dejabas en un butacón la notabas húmeda al día siguiente.. Baños podrían estar más cuidados y con algún detalle por parte del hotel. (Ni cepillo de dientes de cortesía ni nada parecido). Las ventanas por fuera con varias telas de araña. En definitiva, la situación es buenísima para disfrutar de la playa. Pero pagar lo que piden en julio, agosto, por lo que son esas habitaciones me parece demasiado..

Escogimos este hotel para hacer una etapa de descanso en el Camino De Santiago del norte, y ha sido un acierto absoluto. El entorno natural, con la playa de la Franca justo delante, es maravilloso. La habitación, amplia y cómoda. El servicio, impecable, con Beatriz a la cabeza, siempre pendiente de que no nos falte nada; nunca nos habíamos encontrado con una camarera con su profesionalidad. Súper recomendable para pasar un día de descanso y relax.

Nos alojamos tres noches en la habitación 302... sin palabras... grande, con zona de estar, cama doble y supletoria muy cómodas y las mejores vistas que puedas imaginar desde dos ventanales grandes. Para ver las mareas es impresionante. El hotel es precioso, decorado con gusto y al detalle. Desayuno muy bueno y casero. Los exteriores del hotel muy bonitos también y hay zona de columpios para niños. Tiene una escalera directa a la playa y disponen de toallas por si quieres bañarte o tumbarte, ya que allí tardan mucho en secarse, y se agradece. Hay muchas playas bonitas y espectaculares en Asturias, pero decidí disfrutar sólo de la Franca, ya que al estar alojados allí es más cómodo. No me arrepiento, pues es preciosa y cuando baja la marea puedes ir andando a la cueva del oso y otra playa que sólo puedes acceder de ésta manera. Recomiendo quedarse allí. Lo que no me gustó mucho fue que comí y cené allí un día y es la misma carta, y me hubiera gustado algo más de variedad (aunque estaba bueno, lo que había no me agradaba demasiado). Nos pusieron de entrante, cortesía de la casa, pastel de cabracho (en las dos ocasiones) y espectacular. Los postres buenos también. El personal fue muy amable. En resumen: recomiendo alojarse aquí, tanto por la playa como por el hotel, su ubicación es perfecta y se descansa de maravilla, sin ruidos (sólo el mar y las gaviotas). Un diez, gracias!!