Guest User
August 5, 2023
Cuando viajas por la autovía A-1, Madrid-Burgos, a la altura del kilómetro 115, de repente, aparecen estas casitas hotel, que llaman mucho la atención. Cada vez que pasaba por allí, sentía mucha curiosidad, y por fin, fui a pasar un fin de semana, en Mayo. Se ubican en un área de servicio, del pueblo de Boceguillas, en Segovia. El complejo es muy grande, y está compuesto, además de las casitas, por un restaurante, cafetería, tienda, salones para eventos, jardines, terrazas, una pequeña piscina cubierta, y seguro que algo se me olvida. Boceguillas es muy pequeño, y no tiene ningún interés turístico, pero está estratégicamente situado para visitar bonitos pueblos de Segovia, como Sepúlveda o Pedraza, entornos naturales de gran belleza, como las Hoces del Río Duratón o el Hayedo de Tejera Negra, y también a una cómoda distancia de ciudades como Madrid, Burgos o Valladolid. Este negocio es familiar, y se nota. Se nota en la implicación, en las ganas de agradar, y en el toque personal y diferente en la decoración. Lo gestiona la dueña, una agradable mujer que está pendiente de todo, y se preocupa por el bienestar de sus clientes. La vimos varias veces durante nuestra estancia, ya que se acercaba a preguntarnos si todo estaba bien. Pedimos un cambio de casita, y no hubo ningún problema, enseguida nos cambiaron. Destaca una de las empleadas, que era encantadora y eficiente, llamada Irene. Pero volviendo a las casitas, hay 18. Son de piedra, y cada una tiene su propio garaje. El estilo es rústico. En el interior, la habitación es amplia, con aire acondicionado, televisión de pantalla plana, una gran y cómoda cama, y también una especie de mesa escritorio con 2 sillas. El baño también es espacioso, y dispone de bañera, bidet y doble seno. La cocina es pequeñita, con lo básico para dos personas, microondas, nevera y cafetera. Hay un detalle de bienvenida, que consiste en una botella de agua y unos dulces. En el exterior, una mesa, 2 sillas y 2 tumbonas, que apetece aprovechar cuando el tiempo lo permite. Aconsejo reservar las casitas más alejadas de la carretera, ya que, las que están más cerca, aunque están insonorizadas, dependiendo de la hora, si sales a disfrutar del exterior, tu paisaje serán los coches que circulan por la carretera, y la música de fondo, el ruido que hacen al pasar. Todo está muy limpio. ¡Qué gusto! Nosotros pagamos 127€ cada noche, con la web de Booking. En el precio, está incluido el desayuno, que me pareció un poco básico, y aunque lo hacen ellos, el pan de aceite no me gustó demasiado. No obstante, si vienes a desayunar por libre, hay muchas opciones dulces, que están a la vista, en bonitos envases de cristal. La cafetería tiene un horario muy amplio, y está abierta desde las 7:30 de la mañana. Tiene una carta extensa, que incluye desde bocadillos, en torno a los 6 ó 7€, hasta asados típicos de la zona por unos 24,50€. Hay 2 menús cerrados por 19,90€. Si prefieres comer en el bonito restaurante acristalado con cúpula, la cart
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