Patagonia Suites

El hotel está lejos del centro, pero sigue siendo cómodo para hosped****. La atención del personal es muy buena y muy atentas. Un encanto la administradora y la cocinera, siempre listas para resolver todo. El wifi no funciona bien y las sábanas huelen a humedad.

La habitación es amplia, la presión de la ducha es excelente y las camas cómodas. Al menos en nuestra habitación, la iluminación fue tenue. Si bien pedimos que se nos cambiara la lamparita del techo o se nos facilitara una para una de las mesas de luz, no pudo resolverse este detalle en las últimas tres noches de las cinco que estuvimos. Faltaban algunos elementos de limpieza que hubieran servido para mantener la habitación/baño en mejores condiciones, ya que si bien se realizaba la limpieza a diario hubiera venido bien contar con más utensilios para una mayor autonomía en ese sentido. Sería ideal que haya alguien que pueda atender a los requerimientos de los huéspedes en alguna franja horaria, alguien intermediario/a entre Sandra (que tiene la mejor predisposición pero tal vez no haga a tiempo a atender a todos cuando hay alta demanda) y los viajeros. El desayuno es básico: una infusión, una medialuna y una tostada por persona. Luego, puede disponerse de la heladera para guardar cosas, lo que resulta práctico para las viandas/bebidas que se llevan a excursiones o caminatas. Tal vez una atención un poco más personalizada mejoraría la estadía, pero en general la relación precio/calidad está equilibrada.